abstracto no solo definió los límites de lo que una máquina podía calcular, sino que también sentó las bases teóricas sobre las que se construirían todos los ordenadores del futuro, estableciendo los principios fundamentales del algoritmo y la computación.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Turing se convirtió en un héroe de guerra anónimo al liderar un equipo en Bletchley Park, el centro de criptoanálisis del Reino Unido. Su genio fue crucial para descifrar los códigos de la máquina alemana Enigma, una hazaña que se considera que acortó la guerra varios años y salvó millones de vidas. Diseñó la "máquina Bombe", un dispositivo electromecánico que aceleró drásticamente el proceso de decodificación de los mensajes nazis, lo que le dio a los Aliados una ventaja estratégica decisiva.
Trágicamente, a pesar de sus inmensas contribuciones, la vida de Turing terminó en desdicha. En 1952, fue procesado penalmente por su homosexualidad, que en ese entonces era ilegal en el Reino Unido. Para evitar la prisión, aceptó someterse a un tratamiento de castración química. Esta condena no solo le causó un profundo sufrimiento personal, sino que también le arrebató su autorización de seguridad y lo apartó de su trabajo. Murió en 1954 en circunstancias que apuntan a un suicidio. Décadas después, su legado fue finalmente reconocido, y hoy es celebrado como una de las mentes más brillantes del siglo XX.